La reciente aprobación de la reforma a la Ley de Tarjetas de Crédito ha generado una ola de dudas respecto a su impacto en las transacciones electrónicas y la obligatoriedad de que el titular de la tarjeta esté presente al momento de realizar el pago.
Nelson Ávila, analista económico, cuestionó la lógica de esta disposición, señalando que en plena era de la inteligencia artificial, exigir la presencia física del titular es un obstáculo para la modernización del sistema financiero. “Estamos en el siglo XXI, hay que amplificar operaciones, no se puede exigir que esté presente; esto no tiene pies ni cabeza”, afirmó.
Por su parte, la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa alertó sobre las posibles consecuencias negativas de esta reforma. Desde su perspectiva, la forma en que está planteada representa un retroceso significativo para la economía del país, afectando el dinamismo del comercio electrónico y la confianza de los consumidores.
Ante la creciente inquietud, diputados de diversas bancadas, tanto oficialistas como de oposición, han salido al paso para aclarar lo que consideran una interpretación errónea de la ley. Según ellos, la reforma no busca restringir los pagos en línea, sino evitar que las compañías financieras cobren intereses sobre el capital ya pagado, protegiendo así a los usuarios de prácticas abusivas.
A medida que el debate avanza, distintos sectores exigen mayor claridad sobre las implicaciones de la reforma, en un contexto donde el comercio digital se ha convertido en un pilar fundamental de la actividad económica nacional.
Cortesia de HCH