El gobierno de Estados Unidos reafirmó este domingo su postura sobre la crisis venezolana a través de un comunicado emitido por el secretario de Estado, Marco Rubio. El mensaje, difundido por el Departamento de Estado, no solo deslegitima al presidente Nicolás Maduro, sino que lo vincula directamente con una estructura criminal internacional.
Rubio señala que “Maduro no es el presidente de Venezuela” y califica a su administración como “un régimen ilegítimo” que desafía la voluntad democrática del pueblo. Asegura que Maduro encabeza el Cártel de Los Soles, una organización narcoterrorista señalada por el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa.
La declaración llega en un momento sensible: este domingo se celebran elecciones municipales en Venezuela, mientras persisten las controversias por los comicios presidenciales del pasado 28 de julio. Según Rubio, el aparato estatal venezolano pretende usar nuevamente al ejército y a la policía para “reprimir la voluntad popular”.
Además, denuncia una práctica sistemática de manipulación electoral: “Durante años, Maduro y sus secuaces han manipulado el sistema electoral para perpetuar un control ilegítimo del poder”, afirma.
Rubio concluye con una advertencia de alcance global: “Quienes roban elecciones y usan la fuerza para alcanzar el poder socavan los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”.
Este pronunciamiento endurece el lenguaje diplomático y plantea interrogantes sobre las próximas acciones internacionales ante el deterioro institucional venezolano.