La relación entre el Gobierno y el sector privado atraviesa uno de sus momentos más tensos en años. Así lo afirmó el expresidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Santiago Ruiz, durante una entrevista concedida a Radio Cadena Voces (RCV), en la que lanzó duras críticas al clima de confrontación política que, según él, se ha venido intensificando con el paso del tiempo.
Ruiz advirtió que Honduras está atrapada en un proceso de creciente polarización que podría agravarse conforme avance la campaña electoral, lamentando que el debate nacional esté centrado en ataques y no en soluciones a los problemas estructurales del país.
“Hemos caído en un enfrentamiento permanente, en la descalificación, en un odio entre los hondureños que, en vez de bajar, ha ido creciendo”, señaló. A este panorama se suma la incertidumbre económica, marcada por una fuerte dependencia de las remesas, cuya estabilidad —advirtió— no está garantizada, dado el constante retorno de migrantes al país.
“No quieren saber del sector privado”
Uno de los aspectos más delicados de sus declaraciones fue la forma en que describió la actitud del Gobierno hacia el sector empresarial. Aunque reconoció que los empresarios deben trabajar con cualquier gobierno elegido democráticamente, Ruiz afirmó que la administración actual ha mostrado un claro rechazo a cualquier interlocución con el Cohep.
“El sector privado tiene la obligación de trabajar con el gobierno que esté, pero con este gobierno se ha dado que no quieren saber del sector privado, no quieren saber de la representatividad que el Cohep tiene, aglutinando más de 70 organizaciones del sector empresarial”, dijo.
Calificó esta postura como “nefasta para el país”, ya que, en su criterio, impide construir consensos necesarios para el desarrollo económico y social de Honduras.
“La pregunta del millón”
Consultado sobre cómo espera el Gobierno recaudar impuestos sin fomentar inversión y crecimiento económico, Ruiz respondió de forma categórica:
“Bueno, esa es la pregunta del millón. Creo que la gente que gobierna no entiende realmente cómo funciona la economía. Entre más desarrollo económico haya, más empresas se crean, más empleo se genera, y en consecuencia se captan más impuestos a través de esa actividad, especialmente por retenciones en empleos formales y de buena calidad”.
Aseguró que su posición no responde a ideologías, sino a una visión práctica: sin un entorno propicio para la inversión privada, el Estado no podrá sostener sus responsabilidades fiscales ni sociales. Por ello, hizo un llamado claro al Ejecutivo:
“Ese mensaje destructivo hacia el sector privado debe parar. El país necesita unidad, confianza y un entorno donde todos los actores puedan aportar”.