El Vaticano ha revelado el escudo pontificio de León XIV, destacando su profunda conexión con San Agustín y su devoción mariana. El nuevo Papa ha decidido conservar el blasón que adoptó en su consagración episcopal, reflejando así la continuidad de su identidad espiritual y pastoral.
El escudo está dividido en dos secciones: en la parte superior, sobre fondo azul, se encuentra un lirio blanco, símbolo de pureza y referencia a la Virgen María. En la parte inferior, sobre fondo claro, aparece un libro cerrado con un corazón traspasado por una flecha apoyado sobre él, representando la conversión de San Agustín, una de las figuras centrales en la formación del pontífice.

Junto con su escudo, León XIV también ha decidido conservar su lema episcopal: In Illo uno unum («En Él, que es uno, somos uno»). Esta frase, tomada de una homilía de San Agustín sobre el Salmo 127, expresa una visión eclesiológica centrada en la unidad y la comunión dentro de la Iglesia.
Según expertos en heráldica eclesiástica, como el P. Davide Spinelli, este escudo y lema no solo reflejan la herencia agustiniana del Papa, sino que también subrayan su vocación pastoral y su compromiso con la Iglesia como espacio de encuentro y comunión.
La elección de símbolos marianos también es significativa. El lirio blanco es ampliamente reconocido como emblema de pureza e inocencia, y su presencia en el escudo confirma la devoción del Papa a la Virgen María. De hecho, su elección como pontífice el 8 de octubre, día dedicado a la Súplica a la Virgen del Rosario de Pompeya, refuerza este vínculo espiritual.
Desde su primera aparición pública tras el anuncio de su elección, León XIV ha dado señales de una marcada orientación pastoral centrada en la unidad y el fortalecimiento de los lazos dentro de la Iglesia. Su escudo y lema no son solo elementos heráldicos, sino una declaración visual de sus principios y misión al frente del papado.
Cortesia de Aciprensa