Este martes, todas las miradas están puestas en la Ciudad del Vaticano, a menos de 24 horas del inicio del cónclave para elegir al 267° Papa.
Por la mañana, se llevará a cabo la duodécima y última congregación general, que se espera concluya alrededor de la 1 p.m. hora local.
Un total de 170 cardenales de diferentes regiones han llegado al Vaticano tras el fallecimiento del Papa Francisco. Durante la última jornada de discursos, se abordaron temas de gran relevancia pastoral y eclesial, además de debates sobre el impacto del etnicismo dentro de la Iglesia y la sociedad.
También se discutió la migración, resaltando el papel de los migrantes como un valor para la Iglesia y la urgencia de apoyarlos espiritualmente en tiempos de cambio.
Las guerras actuales en el mundo fueron un punto recurrente en la congregación del lunes por la noche, con testimonios directos de cardenales provenientes de zonas afectadas por los conflictos.
Otro tema central fue el camino del Sínodo sobre la sinodalidad, visto como una manifestación concreta de la comunión eclesial, donde todos están llamados a participar, escuchar y discernir juntos.
Este miércoles, antes de la votación, los cardenales prestarán juramento de secreto. Se realizarán cuatro rondas diarias de votación, dos por la mañana y dos por la tarde, hasta que al menos dos tercios lleguen a un consenso sobre el nuevo líder de la Iglesia, que cuenta con 1,4 millones de miembros.
Para garantizar la confidencialidad del proceso, los celulares serán retirados al inicio del cónclave en Santa Marta y se devolverán tras la elección del nuevo pontífice.
Las papeletas serán quemadas después de cada votación. Si el humo que emerge de la chimenea de la Capilla Sixtina es negro, significa que aún no hay mayoría. Si es blanco, la Iglesia Católica Romana tendrá un nuevo Papa.
Cortesia de EFE