El Cardenal Rodríguez lanza una crítica contundente y exige borrar la palabra “fraude electoral” del discurso oficial.

Tegucigalpa, Honduras. En una homilía cargada de indignación y llamado a la conciencia colectiva, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga expresó una fuerte crítica hacia el deterioro social y político que enfrenta el país. Frente a una audiencia expectante, denunció la crisis en el sistema de salud, el colapso en la educación pública y el discurso oficial que insiste en que todo va bien, cuando la realidad muestra lo contrario.

«Ya hasta tienen la falta de vergüenza de decir: no hay medicinas, no hay citas en el Seguro, no hay hospitales, las escuelas están malas… y todavía dicen que vamos bien», lamentó el líder religioso, visiblemente consternado.

Un país que se desconecta de la verdad

Rodríguez Maradiaga cuestionó el negacionismo oficial frente a “signos evidentes de que vamos mal” y advirtió sobre las graves consecuencias de ignorar la Constitución y el proceso electoral: «Lo contrario sería querer matar a nuestro país.»

Además, condenó el uso del término “fraude electoral” en el discurso público, calificándolo como una “mala palabra” que no debería existir en el lenguaje de una Honduras que busca la verdad y la justicia. «Estamos llamados a caminar con Dios, y ese camino comienza con respeto, transparencia y vida.»

Una sociedad herida que requiere compasión

El Cardenal apeló a la parábola del buen samaritano como símbolo de acción y compasión. En contraste, criticó a quienes se han subido al “caballo del poder y la soberbia”, señalando que el amor solo puede florecer desde la humildad:
«Quien se cree Dios no puede amar; el que está subido en el caballo de la autosuficiencia jamás será un buen samaritano.»

El líder católico advirtió que Honduras podría estar “medio muerta” si la ciudadanía permanece indiferente ante las masacres diarias, la violencia descontrolada y los cadáveres abandonados en sábanas y sacos, arrojados en ríos. «No vivimos en un país donde abundan los buenos samaritanos.»

Un llamado urgente a la corresponsabilidad

«Cada uno de nosotros es corresponsable», enfatizó. Reprochó la pasividad frente al deterioro nacional y pidió romper la indiferencia, participar activamente en la defensa de los derechos fundamentales, y construir una Honduras donde se respete el mandamiento «no matarás».

Rodríguez Maradiaga finalizó su mensaje con una exhortación directa: no podemos seguir normalizando la muerte, la injusticia ni la exclusión. Es momento de bajar del caballo y actuar con compasión, respeto y esperanza.

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