La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha respondido con firmeza a las críticas que han surgido en torno a la inclusión del libro El Golpe 28J: Conspiración Transnacional, un Crimen en la Impunidad—escrito por su esposo, el expresidente Manuel Zelaya—como material obligatorio en el currículo escolar.
Durante su intervención, Castro señaló que «no se puede predicar y al mismo tiempo generar división», en referencia a los sectores que han calificado la medida como una estrategia de adoctrinamiento. La mandataria defendió la incorporación del libro como una herramienta pedagógica indispensable para la comprensión de uno de los eventos más trascendentales en la historia reciente de Honduras: el golpe de Estado de 2009.
La decisión del gobierno ha generado una fuerte polémica en el ámbito político y social, profundizando las tensiones entre el oficialismo y la oposición. Mientras el Ejecutivo argumenta que la enseñanza de este episodio histórico es fundamental para que las nuevas generaciones comprendan el impacto de la ruptura democrática en el país, los sectores críticos advierten que la medida responde a intereses partidistas y busca influir en la percepción de los estudiantes.
El debate sobre el papel de la educación en la construcción de memoria histórica continúa siendo un tema de disputa, reflejando las fracturas políticas y sociales que persisten en Honduras desde los sucesos de 2009. La postura de Castro reafirma la línea del gobierno en favor de un enfoque educativo que reconozca los hechos desde una perspectiva institucional, a pesar de la resistencia de algunos sectores.
Cortesia de HCH