Taipéi- Desde la llegada al poder del Partido Democrático Progresista (PDP) en 2016, Taiwán ha enfrentado una creciente presión diplomática por parte de China, cuyo objetivo principal parece ser reducir la presencia internacional de la isla. Este período de tensión ha resultado en la pérdida de diez aliados diplomáticos a lo largo de ocho años, destacando un cambio significativo en la dinámica geopolítica global.
Los países que decidieron romper relaciones con Taiwán, en favor de establecer vínculos con Pekín, incluyen Santo Tomé y Príncipe en 2016; Panamá en 2017; República Dominicana, Burkina Faso y El Salvador en 2018; Islas Salomón y Kiribati en 2019; Nicaragua en 2021; Honduras en 2023; y recientemente Nauru en 2024.
La estrategia de China para fortalecer su influencia en la región ha generado un entorno más desafiante para Taiwán, que ahora mantiene lazos diplomáticos oficiales con solo doce países. Entre estos aliados restantes, siete se encuentran en América Latina y el Caribe: Paraguay, Guatemala, Belice, Haití, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y San Cristóbal y Nieves. La pérdida de aliados no solo representa un retroceso político, sino también económico y estratégico, dado que varios de estos países fueron importantes socios comerciales y colaboradores en iniciativas de desarrollo.
La política exterior del PDP ha tenido que adaptarse a esta nueva realidad, impulsando estrategias como la diplomacia económica para atraer nuevos aliados y reforzar relaciones existentes. Sin embargo, los esfuerzos de Taiwán se ven constantemente opacados por las crecientes inversiones y compromisos de Pekín en la región, lo que pone de relieve los desafíos de la isla para sostener su presencia en un mundo cada vez más influenciado por las maniobras políticas y económicas de China.
