Tegucigalpa, Honduras — En una comparecencia pública cargada de firmeza y determinación, la periodista y candidata a diputada por el Partido Liberal, Saraí Espinal, denunció ser víctima de violencia política de género, persecución institucional y represalias personales. Señaló directamente al general Roosevelt Hernández, jefe del Estado Mayor Conjunto, como el responsable de una campaña sistemática de intimidación en su contra.
Acusaciones directas y patrón de intimidación
Espinal aseguró que los ataques que ha enfrentado no son hechos aislados, sino parte de un patrón organizado que busca castigar las voces críticas mediante el uso de estructuras del Estado. Según relató, todo comenzó luego de ejercer su derecho a la libertad de expresión como periodista y al convertirse en una de las candidatas más votadas durante el proceso electoral interno del Partido Liberal.
Durante su intervención, reveló que su esposo, José Coello, capitán de las Fuerzas Armadas con 28 años de servicio y una hoja de vida intachable, fue trasladado arbitrariamente y posteriormente despedido sin justificación. Espinal calificó este acto como una represalia directa por su participación en la vida política del país.
“No fue por razones institucionales ni disciplinarias, fue un castigo por mi participación política”, afirmó con contundencia.
Llamado urgente ante posible atentado
La periodista responsabilizó públicamente al general Hernández por cualquier atentado en su contra o contra su familia. Expresó que lo que está ocurriendo con ella podría repetirse con cualquier otra mujer que decida alzar la voz ante irregularidades dentro del sistema.
“No se trata solo de mí; se trata de un patrón de violencia institucional que pone en riesgo nuestra democracia”, advirtió.
Acciones legales y llamado internacional
Espinal informó que ya interpuso una denuncia formal ante el Ministerio Público, y pidió la intervención urgente de organismos de derechos humanos, tanto nacionales como internacionales, así como de la comunidad diplomática, medios independientes y sociedad civil.
Concluyó con un mensaje que subraya su compromiso con la justicia:
“No me van a callar. Mi compromiso con Honduras, con la justicia y con la democracia es más fuerte que nunca.”