Tegucigalpa – La periodista y candidata a diputada por el Partido Liberal, Sarai Pamela Espinal López, presentó una denuncia formal ante el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) contra el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Roosevelt Hernández Aguilar. La acusa de abuso de autoridad, persecución política, represalias institucionales y violencia con componentes de género.
“Desde el 9 de marzo de 2025 he sido objeto de hostigamiento y represalias sistemáticas por parte del general Hernández Aguilar, luego de realizar publicaciones y críticas legítimas en el ejercicio de mi labor periodística y mi derecho a la libertad de expresión”, señala Espinal en su denuncia, también presentada ante el Ministerio Público.
Entre los hechos denunciados, destaca la separación arbitraria de su esposo, el capitán José Antonio Coello, del Ejército. Espinal considera este hecho una represalia directa por sus opiniones políticas y su activismo público.

“Mi esposo fue trasladado y luego separado del servicio militar sin el debido proceso ni justificación objetiva, pese a su historial impecable”, afirmó.
Para la periodista, esta situación evidencia una clara persecución política vinculada a su participación electoral como candidata al Congreso Nacional.
“No solo están atentando contra mi carrera, sino contra mi familia y mi derecho a existir en el espacio público sin miedo”, expresó.
Espinal también subrayó el componente de género del caso, al catalogar la situación como violencia institucional orientada a debilitar su participación política y libertad de expresión.

“Se está utilizando el aparato militar del Estado para intimidar, silenciar y reprimir la crítica social. Esta es una represalia con base en género, que busca desalentar la voz y acción política de las mujeres”, denunció.
Finalmente, la candidata advirtió sobre un patrón de hostilidad por parte del general Hernández hacia el gremio periodístico y pidió acciones concretas de las autoridades:
“El Ministerio Público debe actuar con celeridad y firmeza. No podemos normalizar los abusos desde las estructuras del poder. Esto no es solo por mí, es por el derecho que tenemos todas las mujeres a participar, opinar y disentir sin ser castigadas”, concluyó.