En medio de la escalada militar entre Israel e Irán, el gobierno ruso lanzó este miércoles una fuerte advertencia a Estados Unidos, señalando que cualquier implicación directa por parte de Washington podría “desestabilizar radicalmente” la región de Oriente Medio y desencadenar una crisis global de consecuencias impredecibles.
Moscú manifestó su preocupación por el creciente involucramiento de actores internacionales en el conflicto, subrayando que una acción militar estadounidense no solo agravaría el enfrentamiento actual, sino que podría alterar el equilibrio de poder en una de las regiones más volátiles del mundo.
Esta declaración se suma a la serie de llamados internacionales que buscan evitar una expansión del conflicto, tras los recientes ataques cruzados entre Teherán y Tel Aviv. Rusia, que mantiene alianzas estratégicas con Irán y relaciones diplomáticas con Israel, instó a las potencias globales a ejercer contención y optar por vías diplomáticas.
El Kremlin también advirtió sobre el riesgo de una confrontación regional con ramificaciones globales si no se contiene la situación a tiempo. Según analistas, esta postura refleja tanto el interés geopolítico ruso en la región como su preocupación por un nuevo foco de inestabilidad en el contexto de las tensiones internacionales ya existentes.