El Real Madrid ha tomado una decisión histórica al cancelar todos los actos oficiales previos a la final de la Copa del Rey contra el Barcelona. A pocas horas del encuentro, el club blanco anunció que no realizará el entrenamiento oficial en La Cartuja ni la rueda de prensa programada con Carlo Ancelotti y Luka Modric. Además, ningún representante del equipo asistirá a la cena oficial organizada por la Federación en el Real Alcázar de Sevilla.
Florentino Pérez, presidente del club, tampoco viajó a Sevilla junto a la delegación principal y se espera que lo haga mañana acompañado por los jugadores lesionados Dani Carvajal, Éder Militão y Eduardo Camavinga.
La decisión del Real Madrid surge tras las declaraciones de los árbitros designados para la final, Ricardo de Burgos Bengoetxea y Pablo González Fuertes, quienes expresaron su malestar por la presión mediática ejercida por el club blanco. Según fuentes del Real Madrid, estas declaraciones han generado dudas sobre la imparcialidad de los colegiados, lo que llevó al equipo a tomar esta medida como protesta.
El club considera que los árbitros no están en condiciones emocionales ni anímicas para dirigir un partido de tal magnitud y espera que la Federación tome medidas al respecto. A pesar de la tensión, el Real Madrid ha descartado la posibilidad de no presentarse al encuentro, reafirmando su compromiso con el partido.
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