Una jueza federal ha ordenado a la administración del expresidente Donald Trump detener las redadas migratorias indiscriminadas que se llevaban a cabo en el sur de California, en las cuales se arrestaba a personas basándose en características como el color de piel o el idioma que hablaban.El fallo responde a múltiples denuncias sobre prácticas discriminatorias realizadas por agentes migratorios en esa región, señalando que violan derechos fundamentales y promueven el racismo institucional.La decisión judicial representa una victoria para organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes, que han exigido el fin de estas prácticas por considerarlas inhumanas e ilegales.Se espera que esta medida siente un precedente importante en la lucha contra la discriminación racial en las políticas migratorias de Estados Unidos.