Redacción. La política hondureña se sigue debatiendo en el cuadrilátero de las redes sociales, donde no hay micrófonos ni podios, pero sí golpes que dejan marca. Esta vez, la protagonista fue la diputada liberal Iroskha Elvir, quien respondió con un solo tuit a los ataques lanzados por Héctor Zelaya Castro, secretario privado de la Presidencia e hijo de la pareja presidencial.
Zelaya arremetió contra el candidato Salvador Nasralla —esposo de Elvir— con un mensaje extenso que combinó insultos por edad, género y trayectoria profesional: lo llamó “viejo, desesperado, machista y payaso de quien le paga el guión”. Pero la réplica no vino del aludido, sino de su pareja política y sentimental.
Con precisión quirúrgica, Elvir escribió:
“Se los resumo:
Sinónimo de Salvador Nasralla: hombre trabajador.
Sinónimo de Héctor: Hombre mantenido económicamente por su suegro, su mujer, sus padres y el Estado de Honduras.
Buenos días, hombres y mujeres trabajadoras. A los mantenidos no.”
En pocas líneas, la congresista liberal desarmó la ofensiva y dejó en evidencia un patrón incómodo: el peso del linaje y la comodidad estatal en ciertos perfiles políticos. Su respuesta se viralizó de inmediato, generando reacciones que iban desde la risa y el aplauso hasta el silencio incómodo.
Con estilo directo y tono elegante, Elvir puso bajo escrutinio el rol de los “niños de mami y papi” que heredan cargos y sobreviven en la burocracia sin rendir cuentas. Más que una defensa de su esposo, fue una denuncia frontal a los privilegios enquistados en la esfera pública.
Porque, como dejó claro en su mensaje, el saludo va para quienes trabajan… no para quienes solo reciben.