El gobierno de Estados Unidos está considerando ampliar su política de veto migratorio a ciudadanos de hasta 36 países, en su mayoría ubicados en África, si no cumplen con una serie de condiciones en un plazo de 60 días. Así lo revela un memorando oficial del Departamento de Estado, al que tuvo acceso el diario The Washington Post.
El documento, firmado por el secretario de Estado Marco Rubio, ha sido enviado a las embajadas de las naciones involucradas, instándolas a presentar un plan de acción inicial antes del miércoles de esta semana. Dicho plan debe detallar los pasos que tomarán para cumplir con los requisitos migratorios exigidos por el gobierno estadounidense.
Aunque el contenido específico de los requisitos no ha sido divulgado públicamente, fuentes cercanas a la gestión diplomática señalan que están relacionados con la cooperación en procesos de deportación, verificación de identidad, documentación, y acuerdos bilaterales en materia de seguridad.
El eventual veto implicaría restricciones significativas en la emisión de visas y en la entrada de ciudadanos de esos países a territorio estadounidense, afectando principalmente a quienes viajan por razones de turismo, estudio o reunificación familiar.
Este posible endurecimiento de las políticas migratorias forma parte de una estrategia más amplia de control fronterizo y presión diplomática por parte de la administración, que busca reducir los flujos irregulares y garantizar la «cooperación plena» de los países emisores de migrantes.
Hasta ahora, no ha habido una respuesta pública por parte de los gobiernos que podrían verse afectados.
