Washington, D.C. — El presidente estadounidense Donald Trump firmó este jueves una orden ejecutiva que permite a estados y ciudades remover a personas sin hogar de espacios públicos y enviarlas a centros de tratamiento, incluso sin consentimiento. La medida, según la administración, busca “proteger la seguridad pública” frente al crecimiento de campamentos urbanos y el aumento de casos relacionados con salud mental.
La orden instruye a la fiscal general Pam Bondi a tomar acciones legales para anular precedentes judiciales y decretos que limitan el traslado forzoso de personas sin techo a instituciones de larga estancia. También obliga a brindar apoyo legal a gobiernos locales que impulsen internamientos civiles para quienes no puedan cuidar de sí mismos o representen un riesgo.
“Restableceremos el orden público mediante el uso adecuado del internamiento civil”, señala el documento titulado ‘Acabar con la delincuencia y el desorden en las calles estadounidenses’.
Además, la normativa prioriza subvenciones federales para ciudades que refuercen prohibiciones sobre el consumo abierto de drogas, el merodeo y el campamento urbano. También ordena una recolección masiva de datos sobre personas sin hogar y con discapacidades mentales, lo que ha provocado alarma por posibles abusos de vigilancia.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) calificó la iniciativa como una muestra de “notable desprecio” hacia los derechos de las personas vulnerables. Scout Katovich, abogada del Centro Trone para la Justicia y la Igualdad, advirtió:
“Obligar a alguien a recibir tratamiento no soluciona la falta de vivienda. Las instituciones cerradas son peligrosas, y el tratamiento forzado simplemente no funciona”.
Organizaciones de derechos humanos señalan que esta nueva orden se suma a otras decisiones recientes, como el desmantelamiento de campamentos por parte del Servicio de Parques Nacionales, y los recortes al programa Medicaid, principal fuente de financiamiento en salud mental y adicciones.
Según cifras oficiales incluidas en la orden, 274,224 personas vivieron en las calles de Estados Unidos en una sola noche durante 2024: la cifra más alta jamás registrada.
Cortesia de EFE