La sesión legislativa de este miércoles en el Congreso Nacional terminó como muchas otras: sin resultados concretos, pero con insultos, empujones y un ambiente de tensión que dejó en segundo plano la discusión de leyes fundamentales para el país.
Desde el inicio, la jornada estuvo marcada por conflictos. Miembros de la oposición se negaron a integrarse a la sesión, lo que provocó una reacción inmediata del presidente del Congreso, Luis Redondo, quien amenazó con aplicar una suspensión mediante ley a los parlamentarios ausentes y reemplazarlos con suplentes para alcanzar el quórum necesario.
Cuando finalmente intentaron incorporarse, el caos se desató. En medio del desorden, los enfrentamientos verbales escalaron a discusiones físicas, destacando un altercado entre el diputado oficialista Bartolo Fuentes y la parlamentaria de Cortés, Katia Crivelli. La confrontación provocó la intervención de Jorge Cálix, quien salió en defensa de su compañera, sumando más tensión a la jornada.
Más allá del espectáculo político, la ciudadanía quedó una vez más esperando soluciones a los problemas urgentes del país. Mientras los diputados continúan sumidos en disputas internas, Honduras sigue sin respuestas a los temas económicos, sociales y legislativos que afectan a su población.
¿Hasta cuándo las sesiones legislativas seguirán siendo noticia por su falta de productividad en lugar de sus avances?
