La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cosette López, expresó este jueves su preocupación por la viabilidad de organizar las elecciones generales programadas para noviembre. Según López, el organismo enfrenta una serie de desafíos críticos que dificultan su capacidad operativa tras el caos electoral del pasado 9 de marzo.
En su comparecencia, López destacó que las condiciones actuales dentro del CNE son alarmantes. «Montar las elecciones generales está muy difícil», afirmó, señalando que la falta de personal dispuesto a participar en comisiones, renuncias masivas y contratos cancelados han debilitado significativamente al organismo.
Uno de los problemas más graves radica en la unidad de cartografía, que se encuentra prácticamente desmantelada. López detalló que el equipo carece de cartógrafos, mientras que algunos empleados enfrentan procesos legales, otros han desaparecido y algunos están próximos a jubilarse. Esta situación, según la presidenta, ha dejado al CNE en una posición de vulnerabilidad institucional.
Además, López subrayó la necesidad de resolver problemas relacionados con los traslados electorales en colaboración con el Registro Nacional de las Personas (RNP). Sin embargo, la falta de recursos humanos y técnicos ha complicado aún más esta tarea.
La presidenta concluyó haciendo un llamado a las autoridades y actores políticos para abordar de manera urgente esta crisis, advirtiendo que la capacidad del CNE para garantizar un proceso electoral legítimo y transparente está en riesgo. La incertidumbre sobre el futuro de las elecciones generales plantea serias interrogantes sobre la estabilidad democrática del país.
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