El Nottingham Forest dejó escapar una oportunidad crucial de clasificar a la próxima UEFA Champions League tras empatar 2-2 contra el descendido Leicester City. Pero la verdadera tensión llegó después del pitido final, cuando el dueño del club, Evangelos Marinakis, irrumpió en el campo para confrontar cara a cara al entrenador Nuno Espírito Santo.
Marinakis, visiblemente molesto, gesticuló enérgicamente mientras el técnico parecía resignado. El incidente generó una fuerte reacción en redes sociales, con figuras como Gary Neville criticando la actitud del propietario.
En rueda de prensa, Espírito Santo intentó calmar las aguas, explicando que la situación se desencadenó tras la lesión del delantero Taiwo Awoniyi, quien inicialmente aseguró estar en condiciones de continuar pero tuvo que abandonar el partido, dejando al equipo con un hombre menos.
El episodio deja en el aire la relación entre el dueño y el entrenador, en un momento clave para el futuro del Nottingham Forest en la Premier League.
