El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, defendió públicamente la decisión de su Gobierno de entregar a las autoridades de Estados Unidos a Édgar Ábrego, presunto cabecilla de una estructura criminal vinculada a pandillas.
Según Bukele, la entrega responde a acuerdos de cooperación bilateral en materia de seguridad y justicia, y se enmarca dentro de los esfuerzos por combatir el crimen organizado transnacional. “Es un pandillero y enfrentará cargos. Esa es la consecuencia de sus actos”, afirmó el mandatario, en alusión al proceso judicial que Ábrego enfrentará en territorio estadounidense.
El presidente destacó que este tipo de acciones son necesarias para garantizar la seguridad de los ciudadanos, tanto en El Salvador como en la región. También reiteró su compromiso con la política de tolerancia cero contra las pandillas, que ha sido una de las principales banderas de su administración desde que asumió el poder en 2019.
Ábrego es señalado por su participación en actividades ilícitas de alto impacto y era requerido por la justicia estadounidense bajo múltiples cargos. La entrega fue coordinada entre autoridades de ambos países, bajo los lineamientos de cooperación judicial y combate al crimen transnacional.
La medida ha generado diversas reacciones, pero desde el Ejecutivo se insiste en que este tipo de decisiones son clave para consolidar una estrategia regional contra la criminalidad. Bukele ha sostenido que no habrá impunidad para los responsables de generar violencia, sin importar su lugar de origen o destino judicial.
