Jerusalén, 13 de septiembre de 2025. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró este sábado que la guerra en Gaza podría terminar si los líderes de Hamas exiliados en Qatar fueran eliminados. En un mensaje publicado en su cuenta de X, el mandatario acusó a la cúpula del grupo islamista de bloquear todos los intentos de alto el fuego y prolongar el conflicto de forma deliberada.
Ataque en Doha y reacciones internacionales
El operativo aéreo israelí del martes contra la cúpula de Hamas en Qatar no logró su objetivo principal. Aunque el grupo confirmó la muerte de cinco miembros de bajo rango y un agente de seguridad qatarí, los líderes negociadores sobrevivieron, lo que provocó condenas internacionales y tensiones diplomáticas.
Estados Unidos expresó su descontento con el ataque, aunque el secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró que no afectará la alianza bilateral. “No va a cambiar la naturaleza de nuestra relación con los israelíes, pero vamos a tener que hablar sobre ello, principalmente sobre qué impacto tiene esto en los esfuerzos diplomáticos”, declaró Rubio.
Escalada militar en Gaza
Mientras tanto, la ofensiva israelí en Gaza continúa. Este sábado, el Ejército derribó la torre Nour, un edificio de 12 plantas señalado como centro operativo de Hamas. La orden de evacuación fue emitida media hora antes del bombardeo, según el portavoz militar Avichay Adraee.
Desde el anuncio de una posible invasión terrestre, los ataques se han intensificado. Más de 250.000 palestinos han abandonado Ciudad de Gaza, y al menos 53.000 han perdido sus viviendas o tiendas de refugio en menos de una semana, según cifras de la Defensa Civil gazatí.
La ONU estima que más de 122.000 desplazamientos se han registrado desde el 14 de agosto, aunque advierte que una misma persona puede haber sido contabilizada más de una vez.
Contexto político y presión interna
Netanyahu enfrenta críticas internas por el manejo del conflicto. Las familias de los rehenes advierten que los ataques en Doha podrían poner en riesgo las negociaciones para su liberación. Por su parte, líderes de la oposición acusan al primer ministro de sabotear acuerdos potenciales por intereses políticos.
El ataque en Qatar también amenaza con debilitar el papel de Doha como mediador en futuras rondas de negociación, complicando aún más los esfuerzos internacionales para alcanzar una tregua.