Anchorage, EE.UU. — En un gesto cargado de simbolismo y tensión geopolítica, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este viernes al mandatario ruso, Vladímir Putin, en la base aérea de Elmendorf-Richardson, a las afueras de Anchorage (Alaska), para una cumbre bilateral que busca pactar un alto el fuego en Ucrania.
Putin aterrizó en un Il-96 escoltado por dos cazas F-35. Trump lo esperó a pie de pista, lo aplaudió mientras descendía del avión y lo recibió sobre una extensa alfombra roja. La escena fue flanqueada por cuatro F-22, mientras varios bombarderos B-2 permanecían visibles en las inmediaciones, en una clara señal de poder estratégico.
Ambos líderes posaron para la foto oficial antes de abordar “La Bestia”, el vehículo blindado presidencial, para iniciar la agenda de trabajo. Es la primera vez que un presidente ruso pisa suelo de Alaska, antiguo territorio colonial ruso hasta 1867 y enclave clave durante la Guerra Fría.
Antes de llegar, Putin hizo una escala en Magadán, en el Lejano Oriente ruso, donde rindió homenaje a los pilotos soviéticos y estadounidenses que participaron en el traslado de aviones durante la Segunda Guerra Mundial, en uno de los episodios de mayor cooperación bilateral en la historia reciente.
