Tegucigalpa. En una intervención crítica desde Seúl durante el programa Frente a Frente, Rodolfo Pastor Fasquelle, exmagistrado del Tribunal de Honor del Partido Libertad y Refundación (Libre), lanzó una advertencia severa: el partido ha perdido el rumbo, desnaturalizado su democracia y vulnerado sus propias instituciones.
“Libre pierde el rumbo, desnaturaliza su democracia e irrespeta sus instituciones”, afirmó Fasquelle, al señalar que la organización ha mutado hacia una estructura enfocada exclusivamente en triunfos electorales, posiciones y recursos, alejándose de los principios que inspiraron su fundación.
El exmagistrado reconoció el liderazgo histórico de Manuel Zelaya, coordinador general del partido, como figura clave en la génesis de Libre. Sin embargo, subrayó que el problema no radica en el liderazgo, sino en la pérdida de visión del movimiento original, que hoy se asemeja cada vez más a los partidos tradicionales que prometía superar.
Fasquelle también se refirió a la reciente disolución del Tribunal de Honor, órgano encargado de velar por la ética y disciplina interna del partido. Recordó las declaraciones del vicecanciller Gerardo Torres, quien confirmó que la última Asamblea reemplazó dicho tribunal por un Tribunal de Ética Revolucionaria, sin convocar a las autoridades salientes ni entregarles los archivos que custodiaban.
“Debimos ser invitados para saber quiénes eran los sustitutos y entregar la información”, reclamó Fasquelle, en alusión a un proceso que, según él, careció de transparencia y respeto institucional.
La crisis se agudizó tras la renuncia de casi todos los magistrados del Tribunal de Honor, dejando únicamente al escritor Galel Cárdenas al frente. Una carta dirigida a José Manuel Zelaya Rosales denunció un proceso de desgaste interno, marcado por vacantes no cubiertas, falta de respaldo institucional y renuncias sucesivas de figuras clave como Julio Escoto, Hellen Umaña, Patricia Murillo y el propio Fasquelle.
Para el exmagistrado, esta fractura interna evidencia una urgencia impostergable: corregir el rumbo, recuperar la ética partidaria y reivindicar la democracia ciudadana. De lo contrario, advirtió, Libre corre el riesgo de convertirse en otro partido más, atrapado en la lógica del poder y alejado de sus principios fundacionales.
