El dirigente del Partido Libertad y Refundación (Libre), Miguel Briceño, avivó la controversia nacional al arremeter contra la Confraternidad Evangélica de Honduras (CEH) y su presidente, el pastor Gerardo Irías. La disputa se desató tras una fuerte declaración del líder religioso, quien calificó a Libre como “un mal necesario que tenía que llegar al poder para sacar a un presidente”.
Briceño reaccionó en la red social X, acusando a Irías de atacar al oficialismo y solicitando públicamente la suspensión de la personería jurídica de la CEH, así como de la iglesia liderada por el pastor:
🗣️ “Hoy más que nunca iremos los colectivos a la caminata POLÍTICA. Exigimos respeto, suspensión de la personería jurídica a la CEH y de la iglesia que pastorea el mercenario de la fe”, sentenció.
Las palabras de Irías, cargadas de dureza, compararon al partido Libre con “una carcoma que va carcomiendo poco a poco todo” y afirmaron que “darle poder a un pobre es lo más triste que hay”. En un tono aún más confrontativo, añadió: “La izquierda arrasa… hasta con el cemento”, rematando con una frase que provocó la indignación del oficialismo: “La izquierda es el fracaso más grande que han tenido los países como Venezuela y Nicaragua”.
Contexto regional: una preocupación creciente
La embestida contra organizaciones religiosas no es un fenómeno aislado. En Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega, cientos de ministerios evangélicos han perdido su estatus legal en lo que organismos internacionales consideran una escalada de persecución religiosa.
En 2023, el gobierno nicaragüense canceló la personería jurídica de al menos 169 entidades, incluyendo 86 organizaciones cristianas. Además de dejar a miles de fieles sin respaldo institucional, se reportaron confiscaciones de propiedades, sanciones fiscales inéditas y cargas tributarias de hasta un 30 % sobre ofrendas voluntarias, medidas calificadas por líderes evangélicos como un “castigo político por pensar diferente”.