Manny Pacquiao volvió al cuadrilátero a sus 46 años y demostró que sigue siendo una fuerza vigente en el boxeo mundial. En un combate intenso frente a Mario Barrios, mucho más joven y en plena forma física, el filipino se mantuvo competitivo y estuvo cerca de la victoria. El duelo, celebrado en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, terminó en empate mayoritario (95-95, 96-94 a favor de Barrios, 95-95), provocando abucheos hacia los jueces.
En juego estuvo el cinturón welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), que Barrios logró retener gracias al veredicto. Pero el resultado no eclipsó el regreso de la leyenda: Pacquiao cubrió los 12 asaltos, lanzó combinaciones potentes y resistió la presión constante de su adversario.
“Yo buscaba terminar la pelea, pero era un rival duro. Le lancé muchas combinaciones, pero él es un excelente peleador”, reconoció Pacquiao tras el combate. El filipino reveló que solo tuvo dos meses de preparación, ya que participó en la campaña electoral de medio término en su país, donde intentó regresar al senado.
“Empecé tarde por las elecciones. Necesito más tiempo para una pelea de campeonato como esta”, explicó. A pesar de ello, se mostró confiado en seguir adelante. “Hoy fui más táctico, más maduro. Debo volver a ser más agresivo. Ese soy yo. Quiero entrenar mejor y espero tener una revancha.”
Barrios, por su parte, no escatimó elogios: “Me quito el sombrero ante Pacquiao. El timing, la fuerza, la velocidad… siguen ahí. En el round 7 sabía que tenía que presionar, esperaba que se le fueran las piernas… pero nunca se le fueron.”
Ambos boxeadores dejaron abierta la posibilidad de un segundo capítulo. Pacquiao cerró con un mensaje espiritual: “Quiero inspirar a todos los peleadores que han trabajado duro. Todavía tienen su oportunidad. Tengan fe. Dios me da toda la fuerza. No es Manny Pacquiao.”