El Gobierno húngaro ha oficializado la prohibición de colocar banderas arcoíris y otros símbolos de la comunidad LGTB+ en los edificios públicos, argumentando la necesidad de proteger el desarrollo físico y mental de los menores de edad.
El decreto, firmado por el primer ministro Viktor Orbán y publicado en la Gaceta Oficial, señala que esta medida busca garantizar un entorno adecuado para la infancia y evitar lo que el Gobierno considera «propaganda LGBT+».

Desde la oficina de la Presidencia del Gobierno se ha indicado que se trata de una medida simbólica, dado que no es común el uso de estos símbolos en edificios estatales. Sin embargo, el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, ha reiterado su compromiso con la comunidad LGTB+ al asegurar que la bandera arcoíris seguirá ondeando en el Ayuntamiento de la ciudad.

Además, en marzo pasado se aprobó una reforma legal que prohíbe manifestaciones que visibilicen la homosexualidad o las minorías sexuales, bajo el argumento de proteger el desarrollo adecuado de los menores.
Cortesia de EFE