En el municipio de San Jerónimo, Copán, un enigmático depredador ha sembrado el pánico entre los ganaderos locales. Según denuncias, el extraño animal posee ojos claros y piel oscura y ha estado atacando reses sin dejar rastros evidentes.
Arnolfo Posadas, ganadero de la zona, relató que en la última semana seis vacas han sido encontradas sin vida, con un patrón de ataque inquietante: el depredador únicamente les extrae el corazón. Aunque este fenómeno ha persistido por casi tres meses, la criatura parece desplazarse por distintos sectores del departamento, lo que dificulta su rastreo.
“En momentos está en un lugar y luego en otro, pero sí estamos preocupados”, expresó Posadas, quien junto a otros productores ha solicitado la intervención del gobierno para capturar e identificar al misterioso atacante. Proponen la instalación de cámaras o trampas estratégicas que permitan esclarecer la amenaza.
Hasta ahora, no se han obtenido imágenes del depredador, solo cadáveres con la misma herida específica. Lo que comenzó como un caso aislado ahora parece seguir un patrón preocupante en la región.
¿Posibilidades de ser el Chupacabras?
El folclore hondureño está lleno de mitos y leyendas, pero pocas criaturas han capturado la imaginación como el Chupacabras, un ser asociado con la muerte inexplicable de ganado en diversas partes de América Latina.
Desde 1995, reportes en Puerto Rico describían ataques con una particularidad escalofriante: los cuerpos de las víctimas presentaban pequeñas perforaciones sin signos de lucha. Testigos han descrito al Chupacabras como un ser con aspecto de canguro, ojos rojos abombados y colmillos afilados.
Ahora, en Honduras, los ganaderos buscan respuestas y, más que cazar al depredador, quieren capturarlo para comprender a qué se enfrentan. La incertidumbre crece, y la única certeza es que el atacante sigue suelto.
